El desconfinamiento emocional

Entre telediario y telediario, entre fase uno, fase dos y fase tres, nos vamos haciendo a la idea que la mundialmente conocida “nueva realidad” se está acercando cada vez más.

 

Hace unos meses, cuando veíamos incrédulos des de nuestros hogares el confinamiento en Japón, pensábamos confiados que eso “a nosotros no nos va a pasar”, en el momento que llegó a Italia, nuestras sospechas de que la pandemia llegaría a nuestros hogares se hacían realidad.

 

De un momento a otro, nos vimos dejando nuestra vida laboral, social, económica… a un lado, para encerrarnos en casa y pasarlo “como podamos”. Durante este tiempo hemos podido ver anuncios, noticias, artículos… sobre los sentimientos y emociones que nos podía provocar el hecho de estar encerrados en casa, emociones lógicas y normales envolvían nuestros días.

 

Ahora mismo, en plena desescalada, cuando vemos que nuestras vidas están volviendo poco a poco a la “normalidad”, nos damos cuenta de que, no teníamos tantas ganas como pensábamos, y la mayor parte de esa sensación, es causada por la incertidumbre y las emociones que nos van surgiendo. Y surge, de nuevo, la importancia de la inteligencia emocional.

 

Ante esta “vuelta a la realidad” nos encontramos frente a una montaña-rusa de emociones igual o peor que la que hemos sentido durante el confinamiento.

Entender nuestras emociones y saber gestionarlas deben ser el principal foco de atención durante nuestro día a día.

 

Sensación de no control

La sensación de no tener control sobre la situación puede despertar ansiedad en nosotros. La preocupación excesiva y el miedo a que podamos contagiarnos o a que alguno de nuestros seres queridos se contagie puede provocarnos altos niveles de estrés y ansiedad. ¿Cómo podemos controlar estas emociones?

 

Aceptar lo que sentimos es una de las principales tareas. Normalizar este miedo, es una de las principales claves para poder seguir con nuestro día a día, esta aceptación pasa por darle salida a nuestra emoción. La comunicación vuelve a cobrar relevancia también en este aspecto, saber transmitir nuestros sentimientos, pensamientos y emociones va a ser una de las principales claves para reducir estos estados de estrés y ansiedad.

 

Comunicación de nuestras emociones

La falsa creencia de muestra debilidad a la hora de expresar nuestras emociones, hacen que estas, se conviertan en pensamientos negativos y autodestructivos que nos dificultan nuestro día a día. Compartir con alguien como te sientes, cuales son tus preocupaciones y sentimientos, hace que al expresarlo verbalmente puedas ver un punto de vista diferente al que tenias únicamente en tu cabeza. Por otro lado, compartir con alguien tus emociones hace que inconscientemente las normalices, ya que probablemente la persona que te esté escuchando sienta lo mismo o algo parecido a lo que sientes tu.

 

Focalización en el presente

 

La famosa desescalada que estamos viviendo, hace que semana a semana podamos retomar poco a poco la “normalidad”. Todas estas emociones que hemos estado hablando se pueden acrecentar si ponemos la mirada en el futuro. Debemos vivir la desescalada paso a paso, así nuestras emociones y sentimientos irán disminuyendo, pensar lo que pueda ocurrir dentro de dos semanas, si puede haber un nuevo brote… o cualquier pensamiento que no este basado en un hecho presente hace que nuestra ansiedad aumente y nos limite a la hora de dar pequeños pasos hacia la nueva normalidad que nos espera.

 

 Siempre es importante saber reconocer, controlar y gestionar nuestras emociones, pero en situaciones de vulnerabilidad emocional como la que estamos viviendo cobra aun más importancia conocerse a si mismo y saber transmitir nuestros sentimientos, pensamientos y emociones.

 

Si quieres seguir leyendo sobre el reconocimiento de emociones y la importancia de la comunicación, en todos los ámbitos de nuestra vida, no te pierdas el siguiente articulo.

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