¿Qué es la motivación intrínseca? ¿Cómo la podemos promover?

¿Qué nos impulsa a las personas a realizar determinadas tareas? ¿De dónde sacamos la energía para adentrarnos en la realización de determinados proyectos? ¿Por qué tenemos la necesidad de estar siempre ocupados para conseguir algo? Estas son algunas de las preguntas que nos planteamos cuando hablamos de motivación intrínseca. 

Un pequeño paseo por la historia de la motivación: 

La motivación siempre ha estado en el foco del estudio psicológico, incluso antes de que la psicología existiera como ciencia. Ya Platón hablaba de los instintos de las personas que nos impulsan hacer determinadas acciones, así como del valor que tienen para nosotros. Aristóteles hablaba de la búsqueda de las metas, y más concretamente Epicuro, centró sus estudios en la huída del dolor y la búsqueda del placer. 

En cuanto se consolidó la psicología como ciencia, los estudios e investigaciones sobre la motivación fueron cada vez más notables pasando por las teorías neoconductistas de Clark Hull, la pirámide de la motivación de Maslow, hasta las teorías de autorrealización de Deci y Ryan. 

¿Qué es la motivación intrínseca? 

La motivación intrínseca es la “energía” que nos impulsa hacer determinadas cosas, por el mero placer de realizarlas. Encontramos el origen de la motivación intrínseca en nuestro interior, y ésta está promovida por las necesidades de exploración, experimentación, curiosidad y manipulación. Cuando hacemos este tipo de tareas, no encontramos una recompensa externa, la realización de la propia tarea es la recompensa. Es decir, todas aquellas tareas que realizamos sin la intención de obtener una recompensa externa, son promovidas por la motivación intrínseca. 

Alrededor de nuestras vidas encontramos diferentes ejemplos de acciones que se realizan promovidas por la motivación intrínseca: realización de hobbies, realización de cursos por el mero hecho de conocer un determinado tema, participar en actividades altruistas como voluntariados… 

Todas estas tareas o acciones promovidas por la motivación intrínseca tienen en común las siguientes características: 

  • Autodeterminación: es la capacidad individual de saber tomar decisiones an base a nuestras creencias, sentimientos y emociones. Es la capacidad que tenemos para gestionar nuestra vida y saber qué decisiones son las que debemos tomar en cualquier momento. 
  • Competencias: son aquellas características que nos hacen especiales y nos diferencias del resto de personas. En general son aquellos, talentos, habilidades, capacidades… con los que contamos cada uno de nosotros y nos impulsan a llevar a cabo nuestros proyectos tanto personales como profesionales. 
  • Interrelación: las relaciones interpersonales son esenciales para determinar cuales son nuestros intereses. Pese a que la motivación intrínseca nace en nuestro interior, el reflejo de las personas que nos rodean es esencial ya que estas relaciones, de una manera u otra, también nos definen como individuos.
  • Curiosidad: es la condición innata de las personas por saber y aprender cosas nuevas. La curiosidad es la base de cualquier conocimiento, y es el primer paso necesario para realizar cualquier proyecto.

¿Cómo podemos promover nuestra motivación intrínseca?  

Pese a que la motivación intrínseca nace de nosotros mismos, si no somos capaces de promover esta motivación, incluso las cosas que más nos apasionan pueden convertirse en obligaciones que acaben por no satisfacernos. Para promover la motivación intrínseca es importante tener en cuenta las siguientes actitudes que debemos adoptar: 

  • Evitar la rutina: La mayoría de personas tenemos una vida ordenada; nos levantamos, vamos a trabajar, comemos, volvemos a trabajar, hacemos gestiones, recogemos nuestra casa, cenamos, dormimos y al día siguiente vuelta a empezar. Los desafíos que nos proponemos deben intentar romper esa rutina que tenemos montada, debemos implicarnos en actividades que nos apasionen y que nos hagan salir de aquello que demos ser y hacer.  
  • Adopta una actitud positiva: Debemos confiar en nosotros mismos y valorarnos positivamente, todo aquello que logramos, por muy pequeño que sea, debemos reconocerlo y sentirnos orgullosos de ello. Nuestro autoreconocimiento, es la pieza clave que nos impulsa a continuar. 
  • No seas demasiado exigente contigo mismo: Debemos ser realistas con nuestras capacidades y nuestros recursos, ponernos metas inalcanzables son contraproducentes para nuestra motivación intrínseca. Por el mismo motivo, es importante centrarnos en aquello que podemos lograr o ya hemos logrado, en vez de centrarnos en nuestros fallos y fustigarnos por ello. 
  • Premia tus progresos: Como hemos dicho, la motivación intrínseca no se basa en obtener recompensas, pero es importante reconocer nuestros méritos e incluso permitirnos algunos caprichos o descansos que nos harán desconectar para volver a reconectar con más fuerza. 
  • Conecta con personas con inquietudes similares a las tuyas: Cuando te relacionas con personas que tienen inquietudes similares a las tuyas, creamos conexiones que nos retroalimentan, nos hacen aprender, ver diferentes puntos de vista y disfrutar de aquello que más nos apasiona. 

Es importante que cuidemos nuestra motivación intrínseca, ya que ésta es la culpable de que tengamos ilusiones y aspiraciones, que son el motor que impulsa nuestra vida. 

¡Muchas gracias por leer este artículo! Te invito a comentar si tiene alguna duda o si quieres explicarnos qué es lo que te motiva intrínsecamente, estaré encanta de leeros. 

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